El Piamonte se encuentra al noroeste de Italia. Es un territorio que limita al oeste con Francia, al norte con el Valle de Aosta y Suiza, al este con Lombardía y al sur con Liguria. Con 25.402 km², el Piamonte es la segunda región en tamaño de las veinte de Italia, siendo superada solo por Sicilia.
El territorio de esta región, situado en la parte más occidental de Italia continental, es prevalentemente montañoso (43,3 %), pero frecuentes son también las zonas de colinas, que representan el 30,3 % del territorio, y las de llanura (26,4 %).
Piamonte significa “a los pies del monte (pedemontium)”, así definido porque está circundado, por tres de sus lados, por montañas: los Alpes occidentales y los Apeninos ligures. Al oeste y al norte están los Alpes occidentales. Sus picos más altos son el Mont Blanc (4.807 mts.), el monte Rosa (4.634 mts.), el Cervino (4.482 mts.) y el Monviso (3.841 mts.), donde nace el río Po. Los Alpes van descendiendo poco a poco hacia el sur. La montaña piamontesa tiene un aspecto imponente y áspero, y las alturas de más de tres mil metros descienden rápidamente hacia la llanura.
La llanura está formada por depósitos y aluviones del Cuaternario. Es la gran llanura Padana o Valle del Po, constituido por el sistema hidrográfico del Po y de sus numerosos afluentes, entre los que destacan el Dora y el Ticino. El río Po atraviesa totalmente la región, de oeste a este, hasta desembocar en el Adriático.
Entre las zonas de colinas se encuentra el Monferrato (en el centro) formada por antiguos sedimentos marinos. Las vertientes de estas colinas están cultivadas de vid, cereales y forraje, pero también de frutales y avellanos.
En la zona en torno a las grandes ciudades, en particular en Turín, el paisaje típico es de desarrollo industrial, mientras que el resto de la llanura es de cultivo del arroz que se alterna con otros cereales y forraje, y las plantaciones de árboles para la obtención de madera y conglomerado.
Estando el Piamonte rodeado, por el norte y el oeste, por los Alpes, y por el sur por los Apeninos, es rico en valles de dimensiones y longitud muy diferentes. En los valles se encuentran las huellas de la actividad humana. Los valles constituyen importantes vías de comunicación internacionales por carretera y ferroviarias. En los valles menores se encuentran centrales hidroeléctricas y centros turísticos.
Son numerosos los lagos alpinos de origen glaciar.
El clima del Piamonte es principalmente templado con tendencia a subcontinental. En Turín, los veranos son calientes y húmedos, los inviernos son muy fríos y está parcialmente nublado todo el año. Durante el transcurso del año, la temperatura generalmente varía de -1°C a 29 °C y rara vez baja a menos de -4°C o sube a más de 32 °C. Las lluvias caen prevalentemente en primavera y en otoño sobre la mayor parte del territorio. La pluviosidad media se encuentra entre los 700 y los 1.400 mm al año. Las nevadas son ocasionales.
El paisaje es muy variado: se pasa de las ásperas cumbres del macizo Monte Rosa o del Gran Paradiso hasta los húmedos arrozales cercanos al Po; desde las suaves colinas de Monferrato hasta las llanuras del Bajo Piamonte.
Con el siglo XIX llega el paso definitivo de L’Ancien Régime a la edad contemporánea, impulsado por la Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico, aunque, momentáneamente, ese paso lo frenen el Congreso de Viena y la Santa Alianza.
► Progresivamente van apareciendo fenómenos históricos muy profundos:
La transformación social y cultural: el modelo de sociedad por estamentos (aristocracia, clero, tercer estado) se transforma en una sociedad burguesa, dividida en clases sociales en creciente tensión entre ellas por al nacimiento de un proletariado cada vez más consciente de su miseria y de las injusticias que padece.
El clima de la Restauración (1815-1848) “en reacción” a las ideas liberales que promueven cambios radicales que van ganando posiciones. Estallan periódicamente movimientos revolucionarios, sobre todo en 1848, propagado desde París hacia las principales capitales europeas.
La Revolución Industrial, con repercusiones en todos los campos: científico-técnico, económico, cultural y político.
La expansión colonial, la aparición del imperialismo económico, político y cultural: a partir de 1850, Europa alcanza un gran apogeo, consolida el capitalismo, acelera la carrera armamentística y favorece el colonialismo.
► El fenómeno masivo de la emigración: entre 1840 y 1914 dejan Europa de 30 a 35 millones de personas.
► Un creciente pluralismo: junto a la complicación de la vida económica, social y política, y el aumento, aunque lento, de las libertades, se va dando un mayor pluralismo en la concepción del mundo en ideas políticas, morales y religiosas (liberalismo, democracia, nacionalismo de corte romántico, socialismo, cristianismo social...).
► Durante este siglo, el territorio italiano crece de 18 a 34 millones de habitantes.
► En la primera mitad del siglo XIX, los papas se convierten en animadores de la reconquista cristiana de la sociedad, aureolados por el prestigio producido por la persecución revolucionaria.
► En la segunda mitad del siglo XIX se produce:
La consolidación del liberalismo como dogma político, el desarrollo del materialismo y del ateísmo, y la tendencia del siglo al positivismo. Todo lo cual condujo a una transformación de la estructura social, política, filosófica y mental de la sociedad. Hubo querellas científicas, como la suscitada por el evolucionismo, que conmovieron profundamente las convicciones religosas de la burguesía. El materialismo histórico, junto con el anticlericalismo, apartaron a los obreros de la iglesia.
Fuerzas de recuperación para la Iglesia Católica que surgen de las entrañas del idealismo conservador y del romanticismo, destacando los papas Pío IX (1845-1878) y León XIII (1878-1903).
Un fuerte impulso misionero al tiempo que se desarrollaba la emigración y la expansión colonial;
Unos posicionamientos doctrinales significativos (dogma de la Inmaculada, Concilio Vaticano I, dogma de la infalibilidad pontificia, el Syllabus);
La reorganización de las universidades y la elevación de la cultura del clero, abriendo un larga época de esplendor religioso y de recuperación social e intelectual del catolicismo.
La aparición del catolicismo social (Rerum Novarum de Leon XIII);
1. Entre los elementos de la transformación política del Piamonte cabe citar, además de lo señalado más arriba para Europa en general:
► El avance liberal en el ámbito político, social, y económico, con repercusiones profundas en el campo religioso.
► El Risorgimento, que respondía a la imparable aspiración a la unidad nacional, fue un movimiento y conjunto de acontecimientos a través de los cuales Italia, dividida en varios Estados, en el siglo XIX alcanzó la unidad y la independencia. El proceso de unificación nacional fue liderado por el Reino del Piamonte y llevado adelante por las fuerzas liberales y democráticas. Supuso una difícil relación de la iglesia con los políticos y el fin del poder temporal de los papas.
Desde el punto de vista bélico comprende: las tres guerras de independencia (1848-49; 1859; 1866); las campañas de Garibaldi, especialmente la de 1860-1861 y la ocupación de Roma en 1870).
2. El ámbito religioso
La Iglesia, durante el tiempo de Don Bosco, va pasando de un primer período de alianza entre “el trono y el altar” (primera mitad del siglo XIX, período de la Restauración), a una creciente separación (segunda mitad del siglo XIX, período de predominancia liberal), motivada por:
Las medidas políticas consideradas ofensivas que llevaron a la automarginación política de la Iglesia y de los católicos, que están desorientados, ya que se sienten, de improviso, frente a situaciones nuevas (libertad de prensa y propaganda pro o antirreligiosa, competición con fuerzas laicas o anticlericales, abolición de privilegios del clero, expulsión de los jesuitas y del arzobispo de Turín, desamortización de los bienes, limitaciones en el campo educativo...) y, sobre todo, frente al problema de la anexión de los Estados Pontificios (“Una Iglesia libre en un estado libre”) que plantea el poder político.
La Iglesia se atrinchera, no acepta la “Ley de Garantías” y acaba prohibiendo a los católicos que participen en el Parlamento (“non expedit”), por usurpador.
La incapacidad de respetar la distinción entre la esfera religiosa y la política,
Pero, en conjunto, la presencia de la Iglesia fue notable, viviendo fuertemente la problemática política de enfrentamiento entre los Estados Pontificios y el Reino del Piamonte que lideraba la unidad nacional.
3. El ámbito socio-económico
► Durante el siglo XIX, Turín pasa, de 65.000 a 320.000 habitantes. Entre 1835 y 1864, de 117.000 a 218.000. En los cinco años de los comienzos del Oratorio (a mitad de siglo), la ciudad crece unos 25.000 habitantes.
► La realidad omnipresente es la pobreza, más en el campo y la montaña que en la ciudad, que se convierte en la meta de las emigraciones de los pobres con el cortejo de insuficiencias que ello ocasiona.
► Hacia 1850, en el Piamonte (y en Turín) se da una cierta recuperación por el aumento de posibilidades de la ciudad: fábricas de tejidos, almacenes, molinos, negocios de alimentación, fábrica de armas, manufactura de tabaco, aumento de la burocracia, construcción y obra civil, mejora de las comunicaciones...
A mediados del siglo XIX en Turín y su entorno, solo se puede hablar de preindustrialización. La industrialización irá llegando en el último cuarto del siglo.
4. Las transformaciones en el campo educativo y escolar
► El interés gradual por la cultura y la escuela popular crece a partir de 1830.
► La reflexión pedagógica del siglo XIX se manifiesta también en el Piamonte.
► La organización escolar sigue hasta 1848 las “Normas” del Rey Carlos Félix. En 1849 la ley Boncompagni consagra un cierto monopolio estatal. La ley Casati de 1859 reorganiza la Instrucción Pública y recorta progresivamente la independencia concedida anteriormente a la escuela no estatal, lo que ocasionará problemas a Don Bosco.